Toyota, McChrystal y la organización en red para combatir la insurgencia
En las fuerzas especiales, la especialización mata la innovación. Un operador debe tener la flexibilidad para cumplir la misión a través de la adaptación, que logra a través de una actitud receptiva y maleable. Y si no surge, debe incentivarse desde el liderazgo.
Cuando Toyota empezó a construir coches, no tenía los medios para crear líneas de producción de cada modelo que comercializaba. Así que en la misma línea de producción podían estar fabricando un utilitario, que a la siguiente semana salía de ella un todoterreno.
Si se hubiera especializado en un producto para la única línea de producción con la que empezó, lo mismo hoy solo habría turismos marca Toyota, pero no todoterrenos. Y lo que es seguro; que sus productos no serían considerados los más fiables del mercado y estarían compitiendo por ser el fabricante que más coches vende del mundo.
Cuando Estados Unidos (EE.UU) logró, en 2003, acabar con la administración iraquí que Sadam Hussein había construido en 24 años. No tuvo la flexibilidad suficiente para poner en marcha otra administración del Estado que lograra una transición y pacificación efectiva y rápida.
El mismo problema encontraron sus fuerzas especiales, que se habían formado en Task Forces (TF) para misiones de captura de líderes pro-Sadam y la localización de fábricas de armas químicas y nucleares. Pero que en poco tiempo tuvieron que ponerse a combatir una insurgencia con inspiración yihadista para la que no se habían preparado.
Sin embargo, mediante un liderazgo de arriba hacia abajo, que impulsó la transformación de la forma de trabajar de las TF. En poco tiempo se dio un giro transformador en la lucha contrainsurgente que puso contra las cuerdas a Al Qaeda en Irak (AQI) y culminó con la muerte de su líder Abu Mudab al Zarqaui.
Esta transformación se basó en lecciones de la gestión Lean, creada por Toyota y que ha sido copiada por múltiples industrias y organizaciones. Y de la que podemos sacar lecciones para lograr éxitos en circunstancias tan poco relacionadas con fabricar un coche, como es la lucha contrainsurgente o la gestión de equipos en el campo de batalla.