Prigozhin, Rubiales y los calvos que se revelan | Boletín 4/8/23
La semana en la que Putin no eligió una ventana o un té para acabar con un enemigo interior, acaba con el ruido desmesurado (con o sin razón) sobre un beso en una celebración histórica. Para nosotros, esto último ha provocado únicamente una desgana profunda en nuestras visitas a las RR.SS. Donde el monotema del beso ha monopolizado el debate, como pocas veces hemos visto. Por cierto, nos sirvió de ejemplo para reflexionar sobre la guerra en el espacio cognitivo.
Que por cierto, ya hablamos del asunto por aquí:
Y sin más rodeos, vamos al resumen semanal: