España no volará el F35, y puede que sea una buena noticia
Efectivamente, muy probablemente no veamos volar con la escarapela rojigualda al F35. Los meses que llevamos especulando con su adquisición, mirando con envidioso pasmo como otros nos cogen la delantera (Rumania, Grecia, República Checa, etc) tornan a su fin para dar paso a tristes miradas de envidia cuando veamos ejercicios y despliegues de este aeroplano soñado al servicio de aliados. Como el vecino del quiero y no puedo que debe soportar vivir contiguo al que aparca junto a su casa el coche de sus sueños.
Este tuit de hace unos días de Roberto Montesa (excepcional redactor de la Revista Ejércitos) fue una hostia a mano abierta para los que dábamos por seguro que nuestras fuerzas armadas volarían el F35 en el medio plazo. Pero, realmente, pensando en las circunstancias actuales y venideras de España, es razonable concluir que, efectivamente, no tendremos una flota de F35.
Pero, la que a priori puede parecer una pésima noticia para España -que no dejará de serlo, ojo-, podemos transformarla en buenas noticias para el país y nuestras FAS. Ya lo dice el dicho donde una puerta se cierra, otra se abre. Y mi razonado optimismo se sustenta en una lista de deseos en la que se tacha el F35 para dar paso a cubrir otras necesidades.
Por qué España no volará el F35
Pese al nuevo ciclo inversor que está afrontando el Ministerio de Defensa, todo apunta a que definitivamente el F35 no entrará en él. Y las razones son varias.
Principalmente, porque el Ministerio ha decidido que sus grandes programas deben contar preferencialmente con la participación de la industria nacional, y a más ceros tenga el cheque que pague ese programa, más participación deberá tener nuestra industria. Y definitivamente, suena bien.
Carecer del F35 va a ser el peaje que paguemos para intentar tener una industria de defensa nacional relevante a nivel internacional y, lo más importante, nos ayude a conseguir la autonomía estratégica nacional. Piénsalo, ya que vas a gastar paletadas de dinero en Defensa, que al menos, tengas el mayor retorno en tu territorio.
Es de sobra conocido que la industria de defensa es generadora de riqueza en las naciones que son la vanguardia en sus avances -si no mira DARPA-. Y en un momento donde las nuevas tecnologías están inundando el sector de la defensa, y que el I+D de las nuevas armas que utilizarán IA, la nube, combate en red, etc, se investiguen, desarrollen y fabriquen aquí; son ingenieros y científicos que se quedan -o contratan- en nuestras empresas, centros de investigación y universidades.
El último Informe Industrial de Defensa 2023 lo deja meridianamente claro; apuesta clara por la industria de defensa nacional y europea sobre cualquier otro requisito de adquisición de un gran programa -sí, remarco lo de gran programa porque otras adquisiciones, como la que sustituirá los Santana Aníbal, no entra dentro de esta categoría-.
Como podemos ver en la página 15 de dicho Informe: Aumentar el nivel de autonomía estratégica, contribuir a la Europa de la Defensa y Consolidar una Base Industrial y Tecnológica de la Defensa. Son lass tres patas del paradigma sobre como se están haciendo -y se harán- las grandes adquisiones de nuestra defensa.
Y más adelante, señala que esta estrategia de adquisiciones será especialmente tenida en cuenta cuando lo que se va a comprar entra dentro de «las capacidades esenciales de la defensa», que organiza en tres parámetros según donde deben buscarse y comprarse: críticas, cooperativas y suministradas por terceros.
Como se ve en esta captura de la página 68 del citado informe, las «Plataformas Aéreas D&D, integración y certificación» están con un 75% cubriendo «Capacidades críticas», lo que significa que al menos ese porcentaje debe contar con participación nacional. No de cada adquisición, ojo, sino del conjunto de esas capacidades.
Y define como «Principales capacidades industriales involucradas»(nacionales) de las plataformas aéreas, en la página 71, así: «Las capacidades industriales correspondientes a esta capacidad son el diseño y producción de estructuras y componentes aeronáuticos en diversos materiales, la integración de las aeronaves, el diseño y fabricación de utillaje y los equipos necesarios para la fabricación de las aeroestructuras y procesos de diseño avanzado, fabricación, pruebas y certificación de las aeronaves.»
Al no entrar desde el inicio en el programa que desarrolló el F35, cumplir con estas capacidades industriales ahora, de comprar una flota de este avión, es una quimera, sobre todo por las unidades que se venían barajando. Y más cuando hemos metido la cabeza de lleno en el FCAS, del que hablaré más adelante.
Además, a nuestros políticos actuales -todos-, les debe ser difícil justificar una compra de esta magnitud si no revierte en parte a la sociedad española. Y la compra del F35, en este aspecto, es muy difícil de justificar por este y varios motivos más.
Como que estamos en el consorcio que desarrolla el FCAS, que sí que cumple con una fuerte presencia de nuestra industria - se supone que al menos en ⅓ parte-. Digo fuerte por las cifras que se barajan, que cortarán la digestión a algún que otro lector. Hablamos de muchos ceros que costeamos todos los contribuyentes españoles y que regarán de cheques las industrias de defensa de Alemania, Francia y España.
Según un informe del Senado Francés de 2020, el coste total del programa FCAS será de entre 50.000 y 80.000 millones de euros. Y como España es una tercera parte de este programa a todos los efectos, no bajará de los 10.000 millones el cheque que todos los españoles vamos a pagar por el FCAS -y siendo muy optimista-.
Que no sea un cheque en blanco depende que Francia y Alemania no se comporten como párvulos y de que nuestra industria sepa aprovechar esta oportunidad. El tiempo lo dirá, como también dirá quienes de nosotros acabaremos viendo al FCAS surcando nuestros cielos -si sucede- antes de no acabar criando malvas.
Hablando de cheques; Grecia pagará unos 3.5 millones de euros por 20 unidades de F35, si amplía el pedido a 40, les saldrá por 8.6 mil millones. Cantidad aproximada a los 8 mil millones que va a pagar Alemania por 35 unidades -lo mínimo que compraría España-. Obviamente, no voy a entrar en lo que incluye cada contrato porque excede el tema principal de este artículo, ya que cada país sabe negociar a su manera y lo que quiere igualmente, uso estas cifras como referencia.
Todo el programa del S-80 ha costado unos 4 mil millones de euros. España ha logrado autonomía en la fabricación de submarinos por la mitad de lo que paga Alemania por 35 F35. Que sí, que la inflación provoca una desviación del coste a igualdad de precio, pero que en política y en economía familiar un millón de euros hoy suena igual que hace una década.
Estamos hablando que dotarnos de F35 nos costaría parecido a al gasto de los programas S-80 y F110 (4.3 mil millones) juntos y sin prácticamente tener retorno industrial y mucho menos de I+D. Más, cuando con estos dos programas navales, aspiramos a tener una industria «campeona» en uno de los grandes sectores de la defensa europea y tan importante para una nación abierta al mar.
Además debemos tener en cuenta las condiciones políticas, que también juegan en contra de la compra del F35 para España, una adquisición que ya venía siendo cuestionada desde algunos integrantes del partido que gobierna. Y que, pese a que la Invasión de Ucrania ha impulsado que se vea con buenos ojos desde Bruselas y Madrid aumentar espectacularmente los presupuestos de defensa -y se esté haciendo-. El conflicto en Medio Oriente no juega a favor de que el Gobierno actual firme una gran adquisición de defensa a los Estados Unidos, guste más o menos.
Desde el Ministerio de Defensa, conociendo sus compañeros de viaje en la coalición de gobierno, se está siguiendo una política de comunicación con tacto de las adquisiciones para que todo el ruido de la actualidad no de al traste con programas ya firmados como el del SILAM -producto israelí-. Para evitar que sean echados por tierra si alguna de sus adquisiciones salta a los titulares, como seguramente ocurriría -y justificadamente- con la compra de F35.
Y no, el PP tampoco comprará F35 cuando llegue al poder dentro de pocos años. Puede que me equivoque, pero me resulta difícil que firme este cheque de compra cuando sus gobiernos suelen destacarse por la austeridad en sus políticas de gasto. Además de que tendría mucho mérito el asesor que convenciera al ministro/a que se haga cargo de Defensa de comprar F35, sobre todo cuando ya debería estar más avanzado el programa FCAS. Y que debería estar operativo en tiempos cercanos a la recepción de esos supuestos F35 adquiridos entonces. Es decir, cada año que pasa nos acerca al FCAS y nos aleja del F35.
Para el que esté pensando en la opción de adquirir F35B solo para la Armada, ya que parece que no habrá FCAS de despegue vertical. Debo decirle que es una mala idea económica y sería un «capricho» mucho más difícil de justificar, debido al reducido número de unidades necesarias. Por eso siempre se barajó que la compra del F35 sería repartida entre Ejército del Aire y el Espacio y la Armada. La opción de F35B solo para la Armada estaría justificada si mañana nos convirtiéramos en una especie de Arabia Saudí con un maná de riqueza que saliera de nuestro suelo.
Ahora hablemos de las consecuencias